Me he sumergido hasta el fondo del océano,
he mordido miles de manzanas,
me he pasado horas encima de alfombras,
he buscado ruecas y castillos,
me he dejado crecer el pelo,
he cantado en mitad de bosques,
he mirado en la parte mas oscura de mi armario,
he buscado conejos con relojes,
he dejado zapatos de cristal en mitad de la calle,
he besado sapos y ranas,
pero por más que lo intento,
no encuentro un cuento para mi,
ni un príncipe con su blanco corcel
que me lleve en brazos,
hasta un precioso atardecer.