Siento que estoy sumergida en el guadiana, en un guadiana que no solo aparece y desaparece cuando quiere, sino que unas veces trata de lanzarme contra las rocas con una corriente fuerte y otras veces me abraza con un dulce torbellino que borra mis pensamientos. El mayor problema es el paso de las rocas al torbellino, siento que no soy nada, tan solo un palo húmedo que vaga por la corriente sin un destino y sin que nadie se de cuenta de que existe.
¿Qué es mejor, seguir sumergida dejándome llevar por los deseos del guadiana? ¿o mejor trato de salir de esas aguas oscuras?
Recordaré torbellinos, me alegrare de no volver a estrellarme contra las rocas, pero se que básicamente todo sera lo de siempre... saldré del guadiana para meterme en otro río. ¿Cómo será el siguiente?
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